5.4 Distribución de la riqueza
Distribución de la Riqueza
Se define que la distribución de la riqueza o de los ingresos es la forma en la cual el producto total generado por un país se reparte entre los trabajadores y los empresarios. El modo en que se reparte está determinado por las políticas económicas que determina el Estado, que son las que influyen en las posteriores decisiones que toman las empresas y las conductas que adoptan los hogares.
La riqueza se divide entre los dos elementos verdaderamente activos que la crean: el trabajo y el capital. La parte que toma cada uno constituye y se llama su retribución. Es indiferente para el hecho de la distribución y las leyes que le rigen el que una sola persona reúna los caracteres del trabajador y capitalista, o que sean muchos los que contribuyen a la producción por cualquiera de esos títulos, aunque en este último caso las retribuciones tomarán formas diversas, según que la industria se establezca con intervención de un empresario o por medio de la sociedad.
Adoptado como base de la distribución el principio de que tiene lugar únicamente entre los que producen la riqueza, deduce de él que las retribuciones habrán de ser proporcionadas a la participación que se tome en la industria, y resultarán, por tanto, desiguales para trabajadores y capitalistas, para cada uno, en suma, de los individuos de la Sociedad. (Piernas Hurtado, 2007)
Existen tres factores que inciden de mayor a menor en la distribución del ingreso o riqueza en un país: a) El Estado es el que determina la política económica que se debe seguir; b) Las empresas, que también deciden con la facultad autónoma que les corresponde, y c) Los hogares, en su carácter de unidades de consumo.
De los tres el que mayor gravitación tiene en la distribución de la riqueza es el Estado, que a través del dictado de normas, como las que priorizan la inversión productiva o especulativa, incide en la determinación de salarios mínimos, determina los impuestos que gravan las ganancias y su distribución, impone trabas a las importaciones de bienes o servicios para favorecer la producción local, congela precios de la canasta básica de alimentos y de combustibles, entre otras, que inciden en esta ecuación.
La capacidad autónoma de decisión de las empresas también tiene límites y los mismos los fija el Estado, cuando las políticas implementadas priorizan y estimulan el salario o ejercen una altísima presión tributaria que no les permite a los empresarios iniciar procesos de reinversión productiva
También el Estado incide directamente orientando el consumo de los hogares mediante la implementación de políticas fiscales (impuesto a las ganancias) que se adapten a sus objetivos, ya sean incentivando o desalentando el mismo. (Moreno, 2013)
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